El sufrimiento surge cuando no se acepta el destino. La no aceptación es el resultado del proceso interno de la mente de comparación de nuestras expectativas con la realidad. Cuando la realidad no satisface nuestras expectativas, no hay aceptación. Las expectativas son creadas en nuestra mente falsa a partir de las experiencias vividas. La mente crea así unas ilusiones a partir de patrones falsos que han sido almacenados en nuestra mente de forma automática a partir de nuestras experiencias.
La práctica de la meditación en la cual se desecha el mundo mental y se limpia la mente, nos permite librarnos de falsas expectativas e ilusiones. Así, una mente limpia, libre de falsas expectativas, de forma automática aceptará la realidad tal cual es pues no la comparará con ningún patrón preestablecido.
Una mente que acepta está libre de sufrimiento y dolor. El hombre que tiene una menta de aceptación disfruta la vida plenamente y es feliz con su destino.
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